Doe Run opera también en Herculaneum (EE.UU). Sin embargo allí, los niveles de plomo en la sangre de los niños son menores a los registrados en los chicos de La Oroya Antigua
¿A qué huele una ciudad ubicada a 3.745 m.s.n.m. que hace 87 años se sepulta en plomo? Es un olor seco e irritante, desapercibido para la población. Pero es aun más intenso en La Oroya Antigua, donde viven 8.500 personas, el 35% de ellas son niños que habitan en 1.815 casas.
La reputación de Doe Run en el mundo no es la más esperanzadora. En EE.UU. ha sido duramente cuestionada por los niveles de contaminación que arrojó sobre la ciudad de Herculaneum, ubicada en Missouri. Solo que ahí no permitieron que siguiera haciéndolo. Doe Run libera en La Oroya 1.245 veces más arsénico de lo que emite en Herculaneum. Lo mismo ocurre con el plomo en la sangre: los niños de La Oroya Antigua están más contaminados que los de la ciudad estadounidense.
En el 2004 se consideró que había un nivel de riesgo inaceptable para la salud de los residentes de Herculaneum y, con el apoyo de Doe Run, fueron reubicados.
En ese mismo sentido, una investigación independiente realizada por los británicos Donna O’Kelly y James Wood, en febrero del 2008, concluye que la solución técnica y económicamente más viable y segura para la salud de la población de La Oroya “requiere la inmediata reubicación a un nuevo asentamiento construido fuera de la zona afectada”.
Los autores señalan que no bastaría con que Doe Run reduzca sus emisiones del complejo y cumpla los estándares de calidad ambiental del Perú para que la salud de los habitantes mejore. Además, se tendría que encapsular los desechos, y remover y tratar los suelos expuestos dentro del área afectada. El plomo de los suelos tardaría años en desaparecer. La Oroya seguiría oliendo a metal.
Tomado de: http://www.elcomercio.com.pe/impresa/notas/permiso-contaminar/20090406/269488
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